¿Soy solo yo, o cada vez es más difícil mantener el ritmo de vida? Ciertos días, siento que estoy en una caminadora que va muy rápido, pero no puedo poner pausa para alcanzar respiración porque tengo miedo de tropezarme y caerme. Creo que me he acostumbrado al ritmo tan rápido que he dejado de notar el estrés que causa. Eso es, hasta que me despierto a las 2 a.m. durante varias noches consecutivas debido a la pesadilla recurrente sobre una junta importante o fecha límite que haya olvidado. Es como esos sueños de infancia en donde uno se presenta en la escuela sin haberse preparado para el examen o no puede encontrar el salón. Cuando esto me sucede a mí, es una clara señal de que mi estrés y ansiedad han tomado el control. Es tiempo de presionar el botón de reinicio.
Esta columna mensual proporciona sugerencias para cualquier persona que está criando a niños, basado en el programa mundialmente reconocido Triple P – Programa de Paternidad Positiva, disponible para familias en el Condado de Santa Cruz. Si usted tiene alguna pregunta para una futura columna, mande un correo electrónico a triplep@first5scc.org.
Estimada Nicole,
Mi hija de 9 años es dulce y amable, va muy bien en la escuela y no tiene ningún problema mayor de comportamiento. Nuestro problema es que todo le causa ansiedad y nerviosismo. Ella se preocupa mucho de que algo vaya a salir mal, que se le olvide algo, o de que vaya a cometer un error (por ejemplo, reprobar). Mi hija se frustra de que no puede pensar claramente. Yo le digo que todo va a estar bien, pero parece que eso solo la frustra más. Me preocupa que esto empeore durante su crecimiento y cuando tenga que enfrentar más presión. ¿Qué puedo hacer?
-Daniel
Estimado Daniel,
Está en el camino correcto al tomar las emociones de su hija seriamente. La ansiedad es una reacción natural a todo lo que el cerebro percibe como “peligro,” incluyendo el estrés en casa, la escuela, con los amigos o en la comunidad. Algunas señales de ansiedad pueden incluir rápidos latidos de corazón y respiración rápida, palmas de la mano sudorosas, músculos tensos, mareos o dolor de estómago. Estas reacciones físicas nos alertan y preparan para hacer todo lo mejor posible en situaciones como exámenes o deportes. Sin embargo, estas señales también pueden ser intimidantes para algunos niños, especialmente si ellos experimentan ansiedad frecuente o intensa. Esto puede llevar a los niños a creer que algo está mal con ellos o que algo malo sucederá. Si no se pone atención a la situación, estos pensamientos y sentimientos pueden llegar a ser abrumadores e interferir con la vida diaria. Aquí hay algunas recomendaciones para ayudar a su familia:
Reconocer y comprender los sentimientos de su hijo. Cuando los niños se frustran, sus “cerebros emocionales” toman el control, haciendo más difícil para ellos el poder ver la situación y opciones claramente. Muchos padres intentan tranquilizar a sus hijos al decirles que todo va a estar bien, resuelven el problema o les dicen que la situación no es un gran problema. Mientras los padres pueden estar en lo correcto, es más probable que los niños crean estas palabras una vez que sus sentimientos hayan sido reconocidos como reales. Simples palabras como, “Puedo ver que estas muy preocupado,” o “Yo me he sentido de la misma manera antes,” pueden tener un efecto tranquilizante.
Hacer preguntas y escuchar. Intente descubrir si sucedió algo recientemente que pudo haber causado que su hija se sintiera ansiosa o nerviosa. Haga algunas cuantas preguntas para animarla a expresar sus pensamientos y sentimientos. Escuche y continúe reconociendo sus sentimientos, aunque usted no comprenda o este de acuerdo con la manera en que ella ve la situación.
Guíe a su hijo a través de los pasos para solucionar problemas. Ayude a su hija a definir el problema o la preocupación, y tengan una lluvia de ideas de posibles maneras de lidiar con el problema. Anime a su hija a pensar en ideas primero antes de ofrecer cualquier sugerencia. Hablen sobre los pros y los contras de cada idea, después ayúdela a decidir cual de las ideas intentar. Haga que su hija practique lo que va a decir o a hacer para desarrollar la confianza en su habilidad de lidiar con la situación. Después de que ella intente la solución elegida, hablen al respecto sobre como funcionó y lo que ella hará la próxima vez que algo similar ocurra. Con el tiempo, este proceso ayudará a su hija a aprender maneras de lidiar con el estrés y la ansiedad antes de que sea abrumador.
Mantener la calma y ser paciente. Ayudar a los niños a lidiar con la ansiedad puede incrementar el estrés familiar. Utilice estrategias de adaptación para sí mismo, como por ejemplo tomar respiraciones profundas, decir afirmaciones positivas, o tomar un descanso. Esto, le ayudará a mantener la calma y a ser paciente, al mismo tiempo que usted pondrá el ejemplo de estrategias de adaptación saludables.
REFLEXIONES FINALES: El estrés y la ansiedad son partes inevitables de la vida diaria, pero no tienen que tomar control de nuestras vidas. Aprender a cómo adaptarse a la ansiedad durante la infancia es una habilidad de vida importante que puede desarrollarse con tiempo y práctica.
Nicole Young es la madre de dos adultos jóvenes, de 19 y 23 años, quien también administra el Programa de Crianza Positiva (Triple P) del Condado de Santa Cruz. Científicamente comprobado, Triple P está disponible localmente por medio de los Primeros 5 Condado de Santa Cruz, la Agencia de Servicios de Salud del Condado de Santa Cruz (Ley de Servicios de Salud Mental) y el Departamento de Servicios Humanos del Condado de Santa Cruz. Para encontrar una clase para padres o proveedores de Triple P, visite http://triplep.first5scc.org, www.facebook.com/triplepscc o comuníquese con los Primeros 5 Santa Cruz County al (831) 465-2217 o triplep@first5scc.org.
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